El olor de septiembre sin dinero habita en las cortinas nauseabundas de una patria vilipendiada. Habita en la altiva identidad fragmentada de los que usurpan sus recursos y se hacen los muertos, estrujando el bolsillo pobre de los obreros, temporeros y cesantes. Septiembre sin aguinaldo es una paya triste, en un país sobre-endeudado.
Lastimosa espera de un grupo de obreros de la contru, que se miran las caras como esperando algo.
domingo, 18 de septiembre de 2016
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