jueves, 28 de febrero de 2008

Ríos de exilio

Me he ausentado del exilio y me persigue,
me incorporo a su seno y me rehuye,
mordisqueando mis pies calmos, entregados,
al dolor crepitando en mil preguntas.
Y me entero luego que el destierro tiene contorno humano,
un monstruo pavoroso y acongojado,
se yergue frente al sol y la distancia.
Y allí, ausentada nuevamente de sus ríos,
recorro las orillas olvidadas,
acostumbrados los exiliados de siempre,
a buscar un muelle firme pa arrimar la memoria.

miércoles, 27 de febrero de 2008

De Viaje por la Vida


I
Dimos una vuelta por el nido destrozado

de un pájaro de ala rota,

reparando ramas, limpiando el polvo

y el barro..

nos hemos sucedido..


Dimos una vuelta por el encanto matutino

de la montaña fresca, unida a sol y sombra

al infinito desierto de asperezas.

II
Y de pronto vinieron a tocar a nuestra puerta

las buenanuevas de siempre,

tímidamente asomadas en papel azulado:



"Una montaña se ha suavizado de prisa

y una pajarito madrugador ha renovado su ala rota,

una gentileza señor observante...dese tiempo para el aire,

mirar detenidamente como se transforma la vida"


y nos fuimos a dar otra vuelta...

sábado, 2 de febrero de 2008

El árbol de mi calle

Al medio ambiente mal entendido por las políticas

I

La tierra suaviza los encantos,
de olor húmedo,
de esperanza nívea.

II

La tierra corona los semblantes,
de liviandad sabrosa,
de sensaciones frescas.

III

La tierra dolida y silenciosa,
se queda con el llanto,
se duerme indescifrable.

IV
El árbol de mi calle,
murmura cosas nuevas,
a veces se agiganta,
a veces enloquece.

V

El árbol de mi calle,
murmura rencores,
moldeados en su corporalidad,
en algunas horas del día,
no cesa de denunciar sus dolencias.

VI

El árbol de mi calle,
ya no soporta el ruido doblegante de la urbanidad,
no sabe a quién denunciar su desarraigo,
su tristeza foránea,
de inmigrante silencioso.

VII

El árbol de mi calle,
despertó sin mirar,
el sol expectante,
a su torso descubierto.

De tiempo y leña seca

I
Sobre las manos depositamos el tiempo
pequeño y sorprendido,
se toma de las uñas para guarnecerse
de la historia quebradiza
y de los recuerdos sucios.

II

Una conspiración hemos saboreado
lentamente y silenciados,
brotamos de la leña seca,
para iluminar los espacios muertos.

III

Pertenecí a los perros,
de vez en cuando al olvido,
una que otra al puño liberado,
una que otra al sueño taciturno.