Encaro al dolor desde el encierro, desde el lugar que escogí
para desenvolver las horas matutinas de la jornada laboral diaria.
Has sentido dolor más silencioso, adolescente, indiferente?
Creo que allí hay un dolor copioso, azulino, casi sin oxígeno.
Y el rol demarcado por los años, no es más que de la escucha,
prisionera también de las palabras rutinarias, vacías y sin sentido.
Conoces al niño que no duerme?
Es aquel de los centros privativos de libertad, con miedo y rabia, suaviza
sus manos con tabaco, suaviza sus ansias con amargura, suaviza sus corazonadas
con risas esparcidas por el aire, suaviza su semblante con comida.
lunes, 13 de julio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
es muy real lo que escribiste. pensar que todos los estados, unificados en el sistema represor que nos quiere regir, atakan sin piedad contra los seres mas pensantes de esta tierra: que son los adolescentes. Tambien le quitan al niño su ingenuidad, su inocencia, matando la imaginacion que es la herramienta mas importante para cambiar a este mundo!.
gracias por tu poesia. como siempre impecable!!!
salud!
Publicar un comentario