Ayer, elegimos ver una película nuevamente. Esta vez fue el turno de 12 años de esclavitud, la historia de Solomon Northup, un afroamericano nacido libre pero secuestrado y vendido como esclavo. Dejando una familia, una vida y una historia, Solomon se convierte en Platt, nombre de esclavo, que acompaña a todo el personaje durante la narración.
Más allá de una crítica del filme, me detendré a reflexionar sobre algunos fragmentos que ilustran con increíble claridad algunos de los principios de la logoterapia y la pregunta ontológica sobre el sentido de la existencia.
Esta película muestra con extraordinaria sensibilidad, estética y valores humanistas, la experiencia del horror y la superación del dolor a través de la autotrascedencia y la solidaridad compartida.
La logoterapia se plantea la exploración y búsqueda del sentido de la vida. Entre sus principios más elementales se encuentran la libertad, la espiritualidad y la voluntad de sentido. Descrita como la tercera escuela vienesa de psicoterapia, funda sus reflexiones sobre la filosofía existencial, y mantiene una relación de parentesco próxima con la psicología humanista.
Me detendré a relacionar un pensamiento de Víctor Frankl (fundador de la logoterapia) con la experiencia de Platt y posteriormente con la experiencia de Patsey una esclava que recibe trato especial por parte de su amo, a cambio de sistemáticas violaciones.
Frankl dice: "El hombre tiene que vivir no una vida cualquiera, si no una vida determinada".
La experiencia de esclavitud es la vivencia más horrorosa de pérdida de la libertad. Más allá del plano civil, se trata de una experiencia de falta de autodeterminación, convirtiéndose en objeto de las necesidades y deseos de otro, anulando la experiencia de conexión con el propio ser.
Sin embargo, en Platt y Patsey, vemos como sigilosamente se asoman la voluntad de superación a través de la generación de valores de actitud. Estos valores de actitud (como la resiliencia o la superación) se observan cuando valores de experiencia o de creación (como dar o recibir amor) no pueden desarrollarse por circunstancias contextuales, históricas o personales inalterables y cargadas de horror.
En el diálogo que Platt sostiene con otra esclava que perdió a sus hijos, se observa como aún en circunstancias brutales, el ser humano es capaz de entregar una palabra de alivio o de gratitud. Platt se mantiene aferrado a conservar la creatividad ( como cuando resuelve el problema del transporte de madera) y a mantener parte de su identidad, cuando muestra sus cualidades artísticas.
Pero también aparecen la angustia ante el vacío, sobre todo el vacío de la pérdida de identidad, la memoria personal y familiar. Claro, siendo esclavo, la historia personal se vivencia como anulación de toda forma de conexión con el espacio, el tiempo y los recuerdos. La memoria hundida en el anonimato y el abandono del ser. ¿Cómo mantener la voluntad de sentido en una situación tan enajenante y traumática?
Gabriel Marcel, filósofo francés de inspiración cristiana (que no necesariamente representa la totalidad de mi pensamiento, pero sí una dimensión de él) desarrolló con pujanza el concepto de experiencia intersubjetiva. La existencia humana solamente puede ser entendida en relación. Su ser es ser-con permite comprender cómo la experiencia de desarraigo, horror y la pérdida del sentido de la vida, sólo pueden transitarse en compañía de otros. Como la alabanza compartida de Roll Jordan Roll o el dolor martirizado de Patsey, limpiada y acompañada por otras mujeres como ella.
Y cierro con Marcel: Lo que me acerca a un ser humano no es saber que también el hará una suma con los mismos resultados que yo, sino imaginar que también fue niño, que fue amado, que otros han esperado en él y que igualmente está llamado a sufrir, envejecer y morir.
Traeré a este análisis a uno de los grandes pensadores existencialistas. Jean Paul Sartre y sus premisas sobre la libertad y las elecciones. Aún en circunstancias de pérdida total de la libertad, podemos hacer elecciones. Paradójicamente aún en experiencias completas de anulación, se puede ser libre. Con una ruptura trágica de la biografía, y una memoria social y personal fragmentadas, pudo elegir algunos caminos. Conservar sus cualidades artísticas, afirmar a otros el autorespeto, redescubrir la espiritualidad, describir a Patsey su negación a facilitarle la muerte y en la etapa final de la película, volver a creer en la justicia y en la reciprocidad en la relación con un desconocido.
Terminaré con una célebre frase de Sartre que refleja la experiencia de la esclavitud de Solomon, pero que bien puede actuar como metáfora de nuestros tiempos de máscaras sutiles de esclavitud postmoderna:
Un hombre es lo que hace con lo que hicieron de él...
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