I
Sobre las manos depositamos el tiempo
pequeño y sorprendido,
se toma de las uñas para guarnecerse
de la historia quebradiza
y de los recuerdos sucios.
II
Una conspiración hemos saboreado
lentamente y silenciados,
brotamos de la leña seca,
para iluminar los espacios muertos.
III
Pertenecí a los perros,
de vez en cuando al olvido,
una que otra al puño liberado,
una que otra al sueño taciturno.
sábado, 2 de febrero de 2008
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